Gimnasia rítmica con cinta
La gimnasia rítmica con cinta es una modalidad dentro de la disciplina de la gimnasia rítmica donde se combinan movimientos de gimnasia, danza y ballet, junto al uso de unas cintas de un material no almidonado, como el satén, que tenga cierta luminosidad y mucho movimiento. La cinta tendrá una longitud variable, según también el tamaño de la propia gimnasta, aunque puede ser el mucho más larga que la propia altura de la deportista. A través de los movimientos y la propia coreografía, la gimnasta desarrolla el ejercicio creando formas no solo con su cuerpo, sino también con la propia cinta, dibujando espirales, zigzags y demás figuras en el aire, cuya ejecución será valorada por los jueces para determinar el nivel del ejercicio. Puede parecer algo sencillo visto desde fuera, pero la dificultad que entrañan los ejercicios con cinta y la forma tan restrictiva en la que son juzgados hace necesaria mucha destreza por parte de las gimnastas a la hora de llevarlos a cabo.
Historia de la gimnasia rítmica con cinta
La gimnasia rítmica surgió en el siglo XVIII y fue evolucionando a través de la unión de la danza y movimientos de ballet con otros movimientos más propios de la gimnasia que obviamente no se veían en los salones de baile de la época. El verdadero punto de inflexión llegó ya en el siglo XX, cuando en Europa del Este se desarrollaron distintas escuelas de gimnasia rítmica que perfeccionaron y depuraron muchísimo la técnica, además de añadir el uso de las pelotas, cintas y aros, para hacer los ejercicios más espectaculares y vistosos. A lo largo de estas últimas décadas, los ejercicios se han ido perfilando mucho más, y la dificultad ha ido en aumento, para mostrar movimientos nunca antes vistos. Las gimnastas soviéticas dominaron durante años la competición y tras la desaparición de la unión, las gimnastas rusas, bielorrusas y ucranianas han mantenido ese papel destacado, en competencia con las españolas o italianas.
Qué ejercicios se realizan
Centrándonos en la modalidad de cinta, la gimnasia rítmica cuenta con numerosos ejercicios y movimientos que se llevan a cabo en cada una de las coreografías que las gimnastas deben llevar a cabo. Uno de los más habituales es el movimiento de espiral, a través del cual la gimnasta utiliza la cinta y toda su longitud para crear una serie de circunferencias en el aire, incluso alrededor de su cuerpo, dando como resultado un movimiento muy vistoso y complicado de lograr. En la misma senda encontramos el zig-zag o serpentina, un movimiento por el cual se utiliza la cinta para crear ondulaciones que sirven a la gimnasta como parte de su coreografía. Es importante apuntar que el extremo al aire de la cinta no debe tocar el suelo jamás, siempre debe estar en movimiento en el aire, a no ser que se trate de parte de la propia coreografía ensayadas.
La creación de diferentes figuras en el aire, con la ayuda de la cinta, son la parte fundamental de los ejercicios propios de esta modalidad, aunque también hay espacio para lanzar la cinta al aire y recogerla, como si ocurre con las pelotas o los aros. Se trata más bien de crear figuras artísticas que tengan que ver también con la coreografía y que den un aspecto plástico a todo el ejercicio, a través del movimiento combinado del cuerpo y la cinta. La forma de coger la cinta es muy importante, y la postura puede determinar el grado de elasticidad y perfección en la ejecución de los movimientos. Se recomienda que el hombre esté un poco retrasado, con el brazo totalmente extendido y la mano agarrando suavemente el estilete de la cinta, un poco por encima del hombre, a la altura más bien de la cabeza, manteniendo el estilete totalmente recto para un mejor control del mismo y de la cinta.
Consejos para iniciarse
La gimnasia rítmica como disciplina general, más allá del uso de los objetos en los ejercicios, ha sido siempre un deporte predominantemente femenino, a pesar de venir en parte del ballet, donde la presencia masculina sí era destacada. Sin embargo, en los últimos años la gimnasia rítmica masculina se está haciendo cada vez más popular. La dedicación a este deporte requiere un gran sacrifico físico, estar en muy buena forma, tener una elasticidad sobresaliente, además de una gran coordinación y equilibrio. Lo más apropiado es empezar desde pequeñas a practicar la gimnasia rítmica para interiorizar esos movimientos e ir poco a poco avanzando, aunque también podemos hacerlo ya en la adultez. Existen muchas escuelas deportivas e incluso centros de danza que ofrecen clases de gimnasia rítmica con cinta y otros objetos, normalmente no con afán competitivo sino de pura diversión, para dar a conocer esta disciplina y permitir que cualquiera pueda practicarla.